jueves, 3 de agosto de 2017

libro: Rojo y oro

Los mitos griegos han supuesto  una gran atracción. Ya sea en el cine, en forma de documentales o series, el atractivo que suponen las aventuras de los héroes y dioses olímpicos siempre han servido de acicate a los lectores para disfrutar con las peripecias de Teseo y compañía. Es en este mundo de intrigas, tragedias y gestas donde se desarrolla la acción de la entrada de hoy. Donde los dioses juegan un papel primordial y los sentimientos de los personajes tienen bastante importancia, tanto en el bando humano como en el de las divinidades.


Escrito por Iria Parente y Selene Pascual, el argumento del libro es el siguiente: Orión, dios de la vida e hijo de Eris, quiere iniciar una revolución en el Olimpo y destronar a Hera con la ayuda de otros dioses. Para ello se servirá de la ayuda de Asteria, apodada la amazona roja y que le ayudará a revivir a su madre Eris atrapada en un laberinto.

Y poco más puedo decir sin destripar nada más del argumento. Cuanto menos avance de la trama mejor. Puesto que varias son las sorpresas y giros de guión, que esperan a todos aquellos que se adentren en las peripecias de ambos protagonistas. Dos personajes marcados por la tragedia, y que se necesitan mucho el uno al otro. Más de lo que en un principio les gustaría reconocer. Sus personalidades no podrían ser más distintas, por lo que aquí se cumple el famoso dicho "los polos opuestos se atraen".

Orión es el dios de la vida e incapaz de hacer daño. A pesar de ello guarda un sentimiento de rencor hacia Hera, tanto por lo que le hizo a su madre como por el comportamiento que tiene con él. En su viaje para cumplir su plan, su comportamiento irá cambiando poco a poco. Su confianza aumentará, pero también su cordura se verá puesta a prueba en un par de ocasiones. Estos golpes, en vez de minar su moral, la aumentará. Tal vez carezca de la fuerza física de otras divinidades o héroes griegos, pero en cuanto a su voluntad y fe demuestran ser férreas.

En cuanto a Asteria solo conoce la tragedia, la muerte y la venganza. Tragedia de verse arrancada de su hogar y haber perdido a sus hermanas amazonas. Ya sea en la batalla que llevó a su captura o las que han perecido en la arena para disfrute del Emperador, quien tiene a Asteria a su campeona y máxima atracción. Muerte de dejar tras de si un importante rastro de cadáveres, y venganza contra la figura del Emperador. En Asteria apenas hay lugar para el amor o los buenos sentimientos. Algo que cambiará cuando conozca a Orión y posteriormente a la semidiosa Ligeia.

En este libro las autoras nos presentan a los dioses como seres vengativos, rencorosos y que se mueven por su propio interés, salvo casos excepcionales como los de Demeter o Hestia. Si no fuera por su inmortalidad y poderes, podrían ser seres humanos. El ejemplo más claro queda reflejado en cuatro de los dioses más importantes del Olimpo. Zeus, Hera, Eris y Hades tienen mucho que decir en el libro. Precisamente es Eris, diosa de la discordia, el detonante de todos los acontecimientos que se van sucediendo.

La novela se encuentra estructurada en cantos, narrados en tercera persona que emulan a los coros que servían de introducción a los actos de las tragedias griegas, y que resultan un complemento ideal para la narración en primera persona por parte de los protagonistas. Algo que va unido a las figuras de sus autoras, quienes se sirven de este recurso literario a la hora de construir sus aventuras. De nuevo ambas escritoras consiguen hacer vivir a los lectores un carrusel de sentimientos.

Varios son los momentos a destacar dentro de la obra. Particularmente me quedaría con tres. El primero sería la parte del laberinto, y que marca un antes y un después en el devenir de los acontecimientos. El segundo es el encuentro en el templo de Ligeia entre Asteria y Zeus, y que marcará un nuevo giro en la trama. El tercero es su conclusión. Por supuesto hay muchos más, pero estos tres fueron los que más me gustaron. Por el cambio que supone en la trama y por como afecta a nuestros protagonistas.

Algo que me sorprendió, fueron las numerosas escenas sangrientas repartidas a lo largo del libro. No son pocas las ocasiones en que las espadas hacen acto de aparición, y los estragos que hacen entre aquellos que prueban el acero. En esta novela, ambas autoras han dado rienda suelta a su vena más sangrienta y demuestran saber crear escenas bastante impactantes.

Si la narración no resultase atractiva de por sí, las ilustraciones que acompañan a la historia a cargo de Mar del Valle suponen el complemento perfecto a lo que estamos leyendo. Estos dibujos ilustran algunos de los momentos más importantes de la novela. En un gran blanco y negro, la ilustradora nos ayuda a visualizar, aun mejor, estos instantes. Para muestra un botón.


Tal y como indicaba hace unos párrafos, esta es la obra que más me ha gustado de las que hasta ahora han publicado ambas autoras. La razón principal cabe encontrarse en que toda la mitología griega me ha gustado desde siempre. Y de paso ha permitido el descubrimiento de alguna deidad que desconocía, como ocurrió en el caso de Algos personificación del dolor, ya sea físico o emocional.

Un gran libro recomendado para todos aquellos que les gusten las historias ambientadas en la antigua Grecia, con dioses y héroes de por medio.

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